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Por Elena Conterno, Presidenta de la SNP

La corrupción es un lastre que no nos deja avanzar decididamente hacia una sociedad moderna que promueva bienestar para todos los peruanos.

El combate a la corrupción es tarea de todos. Los gremios empresariales tenemos la obligación de fortalecer nuestra institucionalidad para incentivar y procurar el comportamiento ético de nuestras empresas asociadas y también de aquellas que siendo parte de la industria no son agremiadas. Existen iniciativas en ese sentido desde diversos gremios y ONG. Están, por ejemplo, la reciente creación del Consejo Privado Anticorrupción, promovido por Confiep, así como el programa que viene impulsando Proética para combatir la corrupción desde el sector público, las empresas y la ciudadanía en general. 

En el caso de los gremios, procurar el comportamiento ético de los asociados requiere promover buenas prácticas y sancionar las malas. 

Y, aunque sea difícil, frente a la identificación de malas prácticas, las mismas deben ser sancionadas y repudiadas.

Para afianzar la adopción de buenas prácticas, recurrimos a la certificación de nuestras empresas por los más altos estándares de la industria, que evalúen aspectos sociales, ambientales, de gestión sostenible, trazabilidad, entre otros. En la fabricación de ingredientes marinos, se viene promoviendo la certificación bajo el estándar IFFO RS, el cual evalúa (i) si la pesquería utilizada es gestionada de acuerdo con el Código de Conducta para la Pesquería Responsable de la FAO, (ii) si toda la materia prima proviene de pesca legal, (iii) si la producción se realiza bajo un sistema de gestión de calidad reconocido, y (iv) si hay completa trazabilidad en la producción y la cadena de suministro.

En cuanto a la sanción a malas prácticas, en nuestro gremio hemos tenido que afrontar situaciones muy difíciles en aras de mantener el comportamiento ético de nuestros asociados. Hemos visto casos de empresas agremiadas que quizás confiando en la funesta política del “otorongo no come otorongo”, incurrieron de manera reiterada en malas prácticas, a pesar de múltiples alertas de la Sociedad que buscaban frenar esas actuaciones. 

Frente a la incontrastable evidencia del mal proceder y observando el debido procedimiento, se
ha actuado con firmeza y, en consecuencia con nuestros principios, se ha llegado a expulsar del gremio a las empresas que han creído que podían hacer “tabla rasa” de principios éticos que, por su naturaleza, son irrenunciables para quienes están comprometidos en la lucha contra la corrupción. Es más, dicho compromiso nos ha llevado incluso a defender denodadamente las decisiones adoptadas cuando, en el colmo de la audacia, empresas sancionadas han pretendido cuestionar las medidas disciplinarias adoptadas por la Sociedad con la interposición de demandas de amparo, buscando que el Tribunal Constitucional “pase por agua tibia” sus malas prácticas.

Lo cierto es que no es fácil encarar y expulsar a un asociado de muchos años, lo cómodo es “hacerse de la vista gorda”. Pero el compromiso con el combate a la corrupción y la lucha por la integridad nos obliga a hacerlo. Esperamos que, en su momento y cuando les corresponda, las autoridades competentes (Gobierno Central, Tribunal Constitucional, Poder Judicial), respalden nuestro proceder y, por tanto, se afiance el rol de los gremios empresariales en procurar el comportamiento ético de sus asociados.

En la Sociedad Nacional de Pesquería estamos comprometidos en esta tarea. Seguiremos trabajando en ello.

Fecha: 25 octubre 2016 | Fuente: Gestión

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