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Por Jorge Medicina Di Paolo

Pero en esta ocasión el escenario internacional será distinto a la anterior cumbre que se celebró en Lima, porque ahora predomina el interés por afrontar problemas comunes, como el de contaminación ambiental, y cómo afrontar los ataques sorpresivos de elementos terroristas en resguardo de la paz mundial.

En el caso de los países exportadores de commodities, tendrán que seguir afrontando la contracción de la demanda mundial, y con ello la baja cotización de los productos en el mercado internacional, mermando sus ingresos.

Sin lugar a dudas, la cita también nos llevará a una mayor reflexión en cómo buscar el crecimiento sostenido sin sacrificar recursos naturales, haciendo que seamos más eficientes en la utilización de los mismos, o con la búsqueda de nuevos recursos renovables energéticos con el apoyo del conocimiento científico y tecnológico.

Un claro ejemplo de ello es el estudio de la oferta y la demanda del recurso energético con la proyección hacia el 2040 de toda la región, elaborado por el Centro de Investigación Energética Asia-Pacífico (APERC, por sus siglas en inglés), recientemente presentado al Ministerio de Energía y Minas. En ese documento se considera de gran impacto económico el cambio de fuentes energéticas para prevenir, en el escenario de largo plazo, a aquellas economías que son altamente consumidoras de petróleo y de sus derivados importados.

La historia del APEC empieza en 1989, cuando Australia convocó la primera reunión de Ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio de 12 economías de Asia-Pacífico para discutir formas y estilos e incrementar la cooperación entre los países participantes: Australia, Brunéi, Canadá, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia y Estados Unidos. Para 1991 se sumaron China Taipéi y la República Popular China.

En 1993, la nación estadounidense llevó a cabo la primera reunión de los jefes de gobierno a fin de dar más rigor al tema de la liberalización del comercio y la cooperación técnica al más alto nivel. Pero lo más resaltante fue crear un espíritu de comunidad en la región, con el claro objetivo de impulsar el crecimiento económico sostenible con desarrollo equitativo. Ese mismo año se sumaron México y Papúa Nueva Guinea.

En 1994, únicamente, ingresó Chile, y el Perú recién empezó a participar como miembro pleno del APEC en noviembre de 1998, durante la 10ª Reunión Ministerial celebrada en Kuala Lumpur, Malasia, juntamente con Rusia y Vietnam.

Fecha: 28 octubre 2016 | Fuente: El Peruano

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