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El titular del gremio de gremios dice que todavía se debe trabajar para que la inversión privada fluya. Precisa que el gran tema pendiente para el empresariado es mejorar la relación con las comunidades y la forma en la que se comunican.

Su cercanía con los diferentes grupos políticos y su vocación por los consensos fueron decisivos para que Martín Pérez, el ex ministro y ex militante del PPC, fuera elegido presidente de Confiep. Una de sus prioridades, asegura, será mejorar la relación con los trabajadores y acercarse a todos, especialmente a los pequeños empresarios.

 

—El economista Hernando de Soto dijo recientemente que el problema del empresariado es su gran indiferencia frente al resto del país y que esa es la razón por la cual tienen algunos problemas en provincias. ¿Qué opina?

Que es una calificación injusta. Si él conoce casos puntuales de empresarios que son indiferentes debería identificarlos. No es bueno generalizar. Sobre todo en estos tiempos en los que muchos empresarios se muestran más comprometidos que nunca con su entorno y el país. Y no lo digo porque hoy destine mayores recursos a los programas de responsabilidad social o que muestre interés por participar más activamente en proyectos que tienen mayor relevancia para una comunidad, a través del mecanismo de obras por impuesto, sino a su interés de expandir el ‘retail’ moderno, la electrificación o bancarizar cual genera más empleo y mejora la calidad de vida de la población.

 

—¿Y no hay nada en lo que el sector empresarial deba hacer un mea culpa?

Definitivamente. Sobre todo en sectores como el minero. Por eso creo que nuestra gran tarea pendiente es acercarnos más a las comunidades y mejorar la forma en la que nos comunicamos.

Por ejemplo, una de las cosas que intentaré hacer es quitarnos las etiquetas que nos ponen quienes se creen los defensores del medio ambiente y de los derechos laborales.

—¿Cómo lo hará?

El problema es que no hemos sido capaces de salir a responder y de comunicar adecuadamente. Ahora lo haremos e intentaremos mejorar la relación con nuestros trabajadores. Fomentaremos espacios de diálogo para intentar solucionar problemas que pueden ser realmente relevantes y que van desde cómo mejorar el servicio en Essalud hasta qué hacer para elevar la productividad.

 

—Suena ambicioso. Hasta hace poco un sector de la población los acusaba de estar detrás de la ley de empleo juvenil y de intentar precarizar el empleo. ¿Fueron los actuales intelectuales del proyecto?

Nosotros no tuvimos que ver en la autoría de la mal llamada ‘ley pulpín’. Si la defendimos fue porque nos parecía bien hacer algo que contribuyera a mejorar las cosas. Al final el Congreso decidió su suerte. Seguimos en la misma situación, sin mejorar la situación precaria de miles de jóvenes ni cambiar la alta cifra de informalidad, que hoy afecta al 80% del mercado laboral en el Perú. A esa cifra deberíamos prestarle mayor atención. Si ese porcentaje sigue siendo tan alto, cuando debería ser al revés, creo que vale la pena preguntarnos qué es lo que no hemos hecho bien.

 

—Se critica que el Gobierno haya comenzado por una norma de poco alcance y que haya perdido la oportunidad de hacer una verdadera reforma.

Es cierto. Lo peor es que no se avanzó ni se resolvió el problema y que difícilmente se podrá hacer algo en lo que resta del Gobierno. Nadie querrá arriesgarse a tocar el tema porque muchos ya se encuentran en campaña.

 

—¿Si Confiep hubiera hecho una propuesta, a qué aspecto le hubiera puesto énfasis?

A la desvinculación laboral. Desgraciadamente tenemos una legislación compleja que hace difícil recurrir a esta posibilidad si el caso así lo requiere (por incapacidad). Los países con los que competimos, como Chile y Colombia, tienen una legislación flexible. No es ningún secreto que somos más caros y rígidos en ese aspecto. Se debería prestar más atención a lo que hacen esos países e incluso a casos recientes como sucedió España, donde se redujo el paro luego de flexibilizar el mercado laboral. Ese es un tema con el que convivimos y deberíamos hacer algo en el futuro. Aquí no se trata de reducir derechos ni ir como el péndulo de un lado a otro, sino de buscar un punto medio. El resto es qué hacemos parar que el Perú no detenga su crecimiento.

 

—¿Qué opina de los cuatro paquetes que lanzó el Gobierno para reactivarla economía?

Dividamos el paquete en tres, lo que se destinó para estimular el consumo, dinamizar el gasto público y destrabar las inversiones. El primer aspecto se cumplió. El segundo no está caminando como se quisiera, pues el cambio de autoridades le ha jugado en contra al Gobierno. El tercero, que es tan importante como los dos primeros, va muy lento.

 

—¿Por qué se ha tenido poco éxito en ese aspecto?

Las autoridades se han esforzado, pero al parecer son los funcionarios de mando medio los que no cambian. Y eso está entrampando e impidiendo que la inversión fluya. En esos casos, los titulares de cada ministerio deben ser más fuertes y decirles a esos funcionarios que para que el Perú no pare deben colaborar. En muchos sectores es un verdadero vía crucis hacer una inversión y no hablo de los megaproyectos sino del empresario que quiere poner un restaurante o del que quiere cambiar el uso de una tienda o abrir un “mall”. Los trámites siguen siendo engorros.

 

—Usted ha pasado mucho tiempo en el sector público y puede hablar con conocimiento. ¿Se puede hacer más?

Siempre se puede hacer más.

 

—Pero el ministro de Economía, Alonso Segura, ha descartado más medidas. Aseguró que ya sacaron la “bazuca” para contrarrestar la desaceleración.

Quienes estamos en el sector público no podemos decir, ya no se puede hacer más. Es inaceptable decir eso. En el sector privado igual. Eso es como decir ‘ya no hay solución a los problemas’ y siempre hay solución.

 

—Existe la sensación de que el Gobierno ha destinado mucha energía a resolver sus problemas internos y que eso lo ha distraído de otros temas relevantes. ¿Coincide con esa crítica?

Es evidente que el Gobierno ha tenido muchos frentes políticos y que eso le ha quitado tiempo y energía. Lo hemos visto diariamente durante meses, cuando debería haber sido un poco más creativo para hacer que el Perú siga creciendo y fluyan las inversiones. El tema político nos agota.

 

—La inversión privada es determinante para lo que ocurra este y el próximo año con la economía. Según el BCR, esta cayó 1,5% el 2015 y para algunos economistas no hay indicios de un repunte este año. ¿Cuál es su proyección?

Soy optimista. Creo que la inversión privada estará en los mismos niveles del 2014. No veo una mayor caída. Aunque los más susceptibles al ruido político son los pequeños y grandes inversionistas. Los grandes tienen un horizonte de cinco a diez años y miran más el largo plazo.

 

—¿Si es así, por qué la confianza empresarial no logra salir del tramo pesimista?¿Qué se necesita para que este indicador se recupere?

Tranquilidad, predictibilidad, seguridad. El ruido político no ayuda ni tampoco tener una legislación que en muchos casos impide que la inversión fluya. Pero siendo justo, el factor electoral también  ha jugado su cuota de incertidumbre. Tengo la sensación de que la campaña electoral se adelantado mucho. Eso eleva el ruido y hace que los inversionistas se midan, estén más cautos.

 

—¿La Confiep tiene un candidato?

Ninguno. Son los electores con su voto, los que elegirán al presidente las metas del flamante presidente

 

Las mypes y la Confiep

 

Ha señalado que una de sus prioridades será acercarse a los microempresarios. ¿Cómo espera lograrlo?

Estamos trabajando en ello. Hace poco me reuní con 18 líderes de diferentes gremios  de mypes y nos hemos dado cuenta de que tenemos muchos problemas en común en los que podemos ayudarlos. Como producto de esas reuniones estamos viendo incluir en Confiep a este sector.

 

-¿Qué tiene en mente?

Incorporar en el directorio a tres representantes de las mypes para escuchar lo que tienen que decir. Esa es una posibilidad que se evalúa como parte de un cambio en los estatutos. Si algo tengo claro es que durante mi gestión buscaré representar a todas las empresas del país y no solo a las más grandes.

 

-¿Qué otras cosas plantean en el cambio de estatus?

También queremos incorporar a gente valiosa, como economistas, sociólogos, entre otros, que no están en el mundo gremial.

 

-Sin embargo, lo que molestaría a sus asociados es que se intente crear una especie de patronato, que financie las grandes campañas y que ese grupo sea el que elija al presidente de Confiep. ¿Es verdad?

No niego que pasar el sombrero sea difícil. No obstante, la suerte del gremio y la elección del presidente no la decide un patronato. Todo se decide por consenso y eso lo saben bien nuestros asociados.

 

-¿Por eso salió ÁDEX?

No. En lo más mínimo.

Fecha: 25 marzo 2015 | Fuente: El Comercio

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