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Ahora que los lobbies están en el tapete, la ironía es que si alguna inversión obtiene un permiso en tiempo razonable, se torna sospechosa de corrupción de funcionarios, peor aún si se trata de una gran inversión. Y si logra destrabar algún permiso detenido por largo tiempo, se dice que la empresa resultó "beneficiada" con el dichoso permiso, lo que otra vez resulta sospechoso, y según algunos políticos amerita ser investigado.

Estamos ante el mundo al revés. Los trámites laberínticos, repetitivos, interminables, caprichosos generan la corrupción. A quien debiera investigarse es a las dependencias gubernamentales que frenan los permisos, el inicio de obras y su continuidad. Lo que debiera investigarse es cómo simplificar los procedimientos sin perder el debido control.

Lastimosamente no ocurre así. Al contrario, se sospecha de la empresa que logra avanzar sus trámites porque debe haber hecho algo "indebido", sino cómo se explica que mientras otros demoran años, alguien supere los inconvenientes. Si un ministro se empeña en identificar las trabas y actúa ejecutivamente para superarlas, lo llaman al Congreso a que explique por qué tanto empeño.

Esta situación ha alcanzado ribetes impensados en los últimos días. Y puede impactar en los funcionarios, empeorando la situación. Difícilmente se van a atrever, en este contexto enrarecido, a darle la razón a alguna empresa y atender sus pedidos.

Para salir del análisis y entrar al mundo de los hechos, veamos el espeluznante caso de la permisología para iniciar las obras del Gasoducto Sur Peruano.

Según reportes del Concesionario, se requieren nada menos que ¡4102 permisos! Cuesta trabajo creerlo. Veamos el detalle de los permisos por temas o por sectores. Permisos del ducto 195. Por alimentos 98. Bienes fiscalizados 6. Certificación ambiental 10. Electricidad 10. Uso de explosivos 100. Hidrocarburos 147. Patrimonio cultural 25. Uso de radiactivos 200. Recursos hídricos 793. Recursos naturales 1028. Salud 184. Seguridad 191. Telecomunicaciones 263. Transporte 852. Total estimado 4102 permisos.

Es un estimado porque hay cantidad de permisos sujetos a confirmación, que recién se podrán cuantificar una vez se conozca la zona que será afectada, o cuando los trámites lleguen a la fase correspondiente.

El GSP se desarrollará por tramos, se buscará lograr todos los permisos de cada tramo para poder comenzar. Aun así la montaña de trámites sigue siendo inmensa.

Se construirán 49 campamentos. Cada campamento es independiente y requiere sus propios permisos. En promedio, para instalar un campamento se requieren unos 6 meses de trámites.

La mayoría de permisos no pueden tramitarse en simultáneo, siguen un orden. Así, antes de iniciar cualquier obra relacionada al ducto, se debe tener culminado el respectivo campamento. Recién después se podría iniciar el trámite de autorización de uso de las canteras, luego el de uso de agua, etc.

Los permisos ambientales son los que más demoran. Solo para el EIA intervienen el MTC, MEM, Minam, Minag, Minsa, MVC. Otros intervinientes son IPEN, Minedu, DICAPI, y municipalidades e Indeci para licencias de construcción.

Los permisos de recursos hídricos a cargo de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) son los que toman más tiempo. Le siguen los permisos de uso de canteras. Todos los permisos se encuentran vinculados, existe una frondosa superposición de permisos.

La maraña es total, las direcciones de una misma entidad no tienen conocimiento de lo que otra dirección está evaluando; es como si cada una estuviera a cargo de un proyecto distinto. Peor aún entre direcciones de diferentes entidades.

Una vez aprobado el EIA, no termina sirviendo de mucho, pese a ser una herramienta que contiene mucha información. Por ejemplo, el EIA contiene los planes de uso de agua y de canteras de manera detallada. Pero una vez aprobado el EIA, igual se debe buscar, una por una, la autorización de uso de cada cantera, así como presentar nuevamente estudios individuales de uso de agua por cada fuente para que se autorice su uso. Si el EIA implicase aprobaciones tipo sabana, genéricas, se podría directamente usar las canteras o las fuentes de agua que se indicaron en el estudio.

Es un infierno. Si en el EIA aprobado se estipuló el uso de las canteras A, B, y C, pero luego de la ingeniería de detalle resulta que hay que usar las canteras B, C y D, no basta tramitar la aprobación solo de la cantera D. Actualmente, se tienen que aprobar todas de nuevo, volver a realizar estudios, solicitar de nuevo la aprobación etc. El año y medio promedio requerido para aprobar un EIA detallado al final sirve de poco porque casi todo tiene que verificarse y aprobarse de nuevo, por partes. Un desastre.

Esto jamás se va a arreglar solo. Si no hay una radical decisión política para simplificar procesos y establecer protocolos que permitan simultaneidad en los trámites y la emisión de permisos genéricos, no hay esperanza alguna.

Fecha: 22 septiembre 2014 | Fuente: Correo

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