Skip to content

Gastón Acurio, Empresario

Querido Perú,

Nos preparamos una vez más para celebrar tu día y como es habitual en los últimos tiempos, lo celebraremos con mucho orgullo.

Después de todo querido Perú, quedaron atrás aquellos tiempos en que el miedo dominó nuestros corazones y nuestras vidas.

Quedo atrás el miedo a la demencia terrorista que azotaba nuestras puertas.

El miedo a reconocer nuestro mestizaje como esencia de nuestra identidad.

El miedo al futuro que nos impulsaba a buscar una nueva vida lejos de ti.

Por eso es que aquí estamos otra vez, amado Perú, celebrando tu independencia, orgullosos de ser peruanos, cargados de sueños a hacer realidad aquí a tu lado, listos para dar batalla a aquellos que pretendan usurpar tu libertad.

Pero debo confesarte algo, querido Perú. Esta mañana pensaba escribirte algo distinto. Pensaba pedirte muchas cosas para nuestro país. Pensaba contarte que aún teníamos muchas batallas por librar y por ello pensaba pedirte que una vez más nos ayudes a vencerlas. Porque si bien yo y muchos peruanos hoy podemos celebrar con alegría y orgullo, lo cierto es que, hoy también, muchos otros de tus hijos no podrán hacer lo mismo.

Porque aunque no lo creas, querido Perú, casi 200 años después de tu independencia, en esta tierra en la que pusiste todo para hacernos felices, aún hay muchos que no lo son.

Llenaste de abundancia nuestros mares, valles y montañas, y sin embargo muchos de nuestros niños aún pasan hambre y frío. Dibujaste por todo tu territorio paisajes diversos y llenos de vida, y en lugar de protegerlos, los hemos llevado al borde del colapso.

Sembraste en nosotros todas las sangres y culturas imaginables, y en vez de llenarnos de orgullo, hicimos que nos enfrentaran y distanciaran.

Forjaste en todos tus hijos, un espíritu creador, solidario y trabajador, y a pesar de ello estamos aquí, a cinco años de tu bicentenario, intentando todavía encontrar los caminos que hagan de ti una nación respetada y admirada en el mundo.

No, querido Perú. Como podría pedirte que nos ayudes en esta tarea, si tú ya nos has dado todo. Como pedirte que soluciones problemas que hemos creado nosotros, a pesar de haber recibido todo para que jamás ocurrieran.

De ninguna manera, querido Perú. No podemos pedirte nada más. Todo lo contrario. Hoy, a cinco años de tu bicentenario, ha llegado la hora de hacerte una firme promesa.

Es hora de prometerte que en estos cinco años que vienen todos los peruanos haremos nuestro último gran esfuerzo para alcanzar la victoria en todas y cada una de las batallas que nos quedan por librar.

Que haremos todo lo necesario para que ni un solo niño nazca sin alimento, abrigo y buena educación. Que no desmayaremos hasta lograr que todos nuestros jóvenes tengan una formación de excelencia adecuada a su talento. Que nos armaremos de valor para vencer a esa violencia que hoy atemoriza a nuestras familias. Que construiremos el camino para que todos los que tengan un sueño puedan hacerlo realidad. Que cuidaremos que nadie sea discriminado por ser, sentir o pensar distinto. Que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que todos y cada uno de tus hijos, los peruanos, sin importar su origen, raza, credo o condición, sientan que pueden tener aquí en tu tierra, una vida de paz y bienestar.

En definitiva, te prometemos, querido Perú, que en estos próximos cinco años entregaremos nuestras vidas para que en el año 2021 podamos celebrar no solo 200 años de tu libertad, sino celebrar que finalmente todos logramos convertirte en esa gran nación que soñaste para nosotros. Sabemos que no será tarea fácil querido Perú. Sabemos que se vienen días difíciles. Que aún hay heridas abiertas por cerrar, perdones por dar y aceptar, deudas históricas por saldar, desconfianzas por romper, intolerancias por derribar, distancias por acortar, puentes que tender.

Pero no, querido Perú. Esta vez debes confiar en nosotros, porque hoy sabemos la hora que nos toca. Somos conscientes de que es quizás nuestra única y gran oportunidad para lograrlo. Que en este mundo conectado que ama la diversidad como la nuestra, las oportunidades para alcanzar nuestros sueños nunca fueron mejores.

Que en la agricultura, la pesca, el turismo, el medio ambiente, la cultura, la innovación, la ciencia, la producción, el comercio, la educación, la salud, el arte y el deporte podemos llevar hacia la prosperidad y el bienestar a millones de compatriotas, en la medida que sepamos construir todos juntos caminos que abracen de manera sostenible e integradora a nuestros recursos naturales y culturales y al talento y fuerza de nuestra gente con todos los avances tecnológicos de esta nueva era que nos ha tocado vivir. Y ten por seguro que lo haremos. Confía, querido Perú. Ten fe en nosotros por última vez. Esta vez no te defraudaremos.

Esta vez sabremos dejar atrás nuestras heridas. Esta vez sí sabremos descender de esos pedestales morales e intelectuales cargados de pasión ciega en lo que creemos, para escucharnos, entendernos, aceptarnos, perdonarnos, abrazarnos y finalmente unirnos para avanzar firmes hasta la victoria.

Querido Perú, una vez más gracias por habernos dado tanto. La batalla final está por comenzar. Venceremos. Viva el Perú.

Fecha: 27 julio 2016 | Fuente: Perú21

También te recomendamos

¡Suscríbete si deseas recibir más información de CONFIEP!


By submitting this form, you are consenting to receive marketing emails from: . You can revoke your consent to receive emails at any time by using the SafeUnsubscribe® link, found at the bottom of every email. Emails are serviced by Constant Contact
Scroll To Top