Por José Ricardo Stok. PAD, Universidad de Piura.
Dios gracias, parece que la naturaleza ha dejado de golpearnos. Literalmente, las aguas vuelven a su cauce, pero ocasionaron mucha destrucción, mucho desorden y, sobre todo, muchas necesidades. Felizmente, el pueblo respondió demostrando tener corazón, coraje y fe. Ahora, los ojos se vuelven hacia la ansiada reconstrucción o —como dijo el presidente— hacia una nueva construcción, mejor que
antes. Esta tarea es una gran oportunidad para el país: expectativa, buenos y nobles afanes y también, seguramente, muchos interesados. También se habla del empuje que esto puede signifi car para la economía nacional. Pero sobre este punto quisiera hacer algunas precisiones.
El economista H. Hazlitt sostiene que: “No existe en el mundo actual creencia más arraigada y contagiosa que la provocada por las inversiones estatales. Surge por doquier, como la panacea de nuestras congojas económicas. ¿Se halla parcialmente estancada la industria privada? Todo puede normalizarse mediante la inversión estatal. ¿Existe paro?…
El remedio es fácil.
Basta que el Gobierno gaste lo necesario para superar la ‘defi ciencia’… Ahora nos limitaremos a señalar
que cuantos gastos realizan los gobiernos son satisfechos mediante la corres pondiente exacción fi scal… habremos de dejar bien sentado que de una manera inmediata o remota cada dóla que el Gobierno gasta procede inexcusablemente de un dólar obtenido a través del impuesto”.
Fecha: 25 abril 2017 | Fuente: Gestión
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