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Eduardo Morón, presidente de APESEG

Stephen Covey se convirtió en gurú mundial en liderazgo a comienzos de los noventa por su libro “Siete hábitos de gente altamente eficaz”. Luego de ese éxito en ventas, Covey escribió otros libros con la misma idea: “Siete principios de una familia eficaz” y “Siete hábitos de adolescentes altamente eficaces”. Covey falleció hace cuatro años y no podemos preguntarle cuáles serían los siete hábitos que un candidato debería seguir para ser un presidente eficaz.  Pero si revisamos los hábitos planteados en su primer libro podríamos intentar acomodarlos. Aquí les dejo mi versión de los siete hábitos de un candidato a presidente eficaz.

El primer hábito es ser proactivo. En lugar de que el candidato se convierta en el campeón en la identificación de lo que no funciona en el gobierno, Covey quisiera que el candidato se ocupe de pensar en cómo actuar para corregir esos problemas que con tanto afán ha identificado. No queremos lista de problemas, sino lista de soluciones a problemas.

El segundo hábito es tener claridad respecto al objetivo final de lo que queremos iniciar. Este hábito es crítico en los candidatos que realmente quieren hacer cambios estructurales y no solo maquillajes superficiales. Estos procesos tienden a ser complicados y llenos de obstáculos y no hay que dejar de pensar en el verdadero objetivo final. Piensen en desafíos como reducir la informalidad, mejorar la educación o tener un Poder Judicial que funcione correctamente.

El tercer hábito es poner primero las cosas que más importan. Este hábito es tá muy ligado al anterior. Gobernar implica poner prioridades. Por más que uno quisiera hacer todo en cinco años, lo cierto es que no se puede.

El cuarto hábito es diseñar soluciones en las que todos ganan y no en aquellas donde lo que uno gana lo pierde el otro. Esto requiere ponerse en los zapatos de todos los involucrados en un determinado problema y buscar alguna forma de que todos estén de acuerdo.

El quinto hábito es primero buscar entender antes de ponerse a explicarlo. Esto en realidad es un principio básico de cualquier profesor. Si quiero explicar algún tema más vale que uno lo entienda a conciencia. La presidencia es liderazgo, docencia, convencimiento.

El sexto hábito es buscar sinergias, es decir, buscar la colaboración de todos. Este principio es fundamental en una democracia que intenta resolver problemas estructurales que no podrán ser resueltos en un período de gobierno. Hay temas que deberían ser preocupaciones de largo plazo de todas las tiendas políticas. Para ello se requiere que el líder del país sea capaz de convocar a todos.

El último de los siete hábitos se llama afilar el serrucho. Covey se refiere a que un leñador que tiene como desafío cortar un gran árbol tiene que estar dispuesto a cambiar la manera de hacer las cosas. Ser permeable a cambiar la manera como siempre hemos hecho las cosas es un gran primer paso para mejorar las cosas que realmente queremos cambiar. Dejar de insistir en la misma receta que no ha dado resultados requiere de esa disposición a salirnos un poco de nuestra zona de comodidad. Por ejemplo, resolver la informalidad pretendiendo que solo se debe hacer un poco más de lo que ya hemos intentado sin resultados por décadas es absurdo. Finalmente, para que una actitud se convierta en hábito tenemos que hacerla siempre. ¡Tarea para todos!

Agenda

Gobernar implica poner prioridades. Por más que uno quisiera hacer todo en cinco años, lo cierto es que no se puede.

Pedagogía

Si quiero explicar algún tema, más vale que uno lo entienda a conciencia. La presidencia es liderazgo, docencia, convencimiento.

Fecha: 05 febrero 2016 | Fuente: El Comercio

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