Un nuevo gobierno. ¿Un nuevo empresariado?

Estamos iniciando un nuevo gobierno que hallará su legitimidad en el ‘hacer’. Uno de sus puntos más débiles es su posicionamiento ‘empresarial’. Por ello, deberá ser cuidadoso en no propiciar acusaciones de conflictos de intereses o lobby.

Esta coyuntura es una oportunidad para que las empresas implementen nuevos enfoques éticos hacia los negocios, lo cual, además, es ya una exigencia de la sociedad y, sobre todo, los millenials, que exigen a los negocios luchar contra la corrupción, respetar los derechos humanos, el ambiente y proveer estándares laborales dignos.

En esta línea, es interesante que 17 gremios peruanos hayan lanzado el Consejo Privado Anticorrupción como plataforma para realizar acciones concretas y colaborar con la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción.

La propia ONU ha reconocido que el rol del sector privado es determinante para encontrar soluciones para el desarrollo sostenible, al aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Así, por ejemplo, al trazar como objetivo ‘poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible’, afirma que ‘el sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza’ (algo inédito hace algunos años).

Lo cierto es que, en sostenibilidad, nuestras empresas están aún dando sus primeros pasos. Si uno analiza los reportes de grupos empresariales extranjeros, como ACS, accionista mayoritario del consorcio de la Línea 2 del Metro, se observa que los códigos éticos que suscribe, como el Pacto Global y el Dow Jones Sustainability Index, están respaldados por auditorías que miden el nivel de cumplimiento en su cadena de valor. Esperemos que la nueva coyuntura aliente a nuestros empresarios a dar un gran salto de sostenibilidad. Feliz 28.