La reforma tributaria y la búsqueda de una política fiscal inteligente

La inversión privada es el principal motor para lograr la consolidación del crecimiento económico del país. Según cifras recientes del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la actividad económica peruana acelerará su crecimiento para 2018 pasando de una proyección de crecimiento del PBI de 3.6% a 4% en el recientemente publicado Marco Macroeconómico Multianual 2019-2020.

En el 2019, el crecimiento de la economía llegaría a 4.2%. Así, el Perú continuará liderando el crecimiento regional.

La coyuntura global exige a los países, planteamientos fiscales innovadores que aprovechen el potencial de crecimiento, y que protejan a los ciudadanos. En tal sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) propone las denominadas “Políticas fiscales inteligentes”, las cuales deberían ser contracíclicas, favorecer el crecimiento, fomentar la inclusión y estar respaldada por una sólida capacidad tributaria.

Es por ello, que el sector empresarial no rechaza una reforma tributaria. Sin embargo, resulta importante que cualquier medida tributaria que se implemente debe desarrollarse en un escenario que incluya la opinión del contribuyente, siendo recomendable contar con un mecanismo institucional para hacer conocer las preocupaciones del sector empresarial.

Hay que tomar como base la realidad del país

Resulta importante reconocer que toda reforma tributaria, para poder ser aplicada, siempre deberá considerar la realidad de nuestro país. En este sentido, es importante considerar el nivel de informalidad que llega a un 73%.

Esto se traduce en un entorno complejo para desarrollar empresas formales, ya que el contribuyente, sufre de excesivas fiscalizaciones y notificaciones desproporcionadas que se traducen en presiones irracionales por conseguir mayor recaudación de recursos y una limitada red de acuerdos para evitar la doble tributación.

Es evidente que se requiere un Estado que promueva la formalidad y para ello las normas deben ser simples y con los incentivos claros, En esta línea se debe racionalizar el sistema tributario el cual debe ser:

1. Simple para dirigirse a las empresas,
2. Uniforme según sea el tamaño de la empresa,
3. Gradual en el aumento del costo impositivo respecto al tamaño para no desincentivar el crecimiento
4. Y contar con una moderación en las sanciones.

De esta forma se incentiva a la formalización, la recaudación de recursos y nos ayudaría a conseguir un sistema tributario eficiente, justo, equitativo y predecible.

Lo positivo… y lo que nos preocupa

En esta nueva reforma tributaria nos preocupan especialmente los cambios realizados en el decreto legislativo 1422, temas como la aplicación de la norma antielusiva general, obligación de los directores, gerentes generales y responsabilidad solidaria de representantes legales o las nuevas infracciones y multas, temas que esperamos no resulten lesivos para los contribuyentes y serán debatidos ampliamente por nuestros expositores.

Por otro lado, consideramos medidas positivas la norma que aprueba a los sujetos con ingresos anuales menores a 300 UIT obtener el “certificado digital” el cual les permite emitir facturas electrónicas sin costo alguno, con ello se busca combatir la evasión fiscal y el perfeccionamiento y simplificación de los regímenes especiales de devolución del IGV.

Del mismo modo, saludamos la incorporación en nuestro sistema tributario del crédito indirecto a los dividendos que vienen del exterior lo cual permitiría solucionar los supuestos de “doble imposición económica”. Esto nos parece un acierto.

CONFIEP ha venido promoviendo desde el 2013 esta medida y si bien creemos que es un buen avance, consideramos que podrían extenderse sus alcances por lo que desde aquí solicitamos al sector privado a trabajar juntos en este tema.

(*)  Estas declaraciones se hicieron el desayuno de trabajo organizado por CONFIEP: La Reforma Tributaria y su impacto en los negocios, cuya finalidad ha sido discutir sobre la nueva reforma tributaria y el impacto que tendrá en las empresas.

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