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En las últimas décadas, la integración comercial que ha experimentado el Perú con el mundo ha permitido aprovechar nuestras ventajas comparativas y contribuir al crecimiento económico del país. Esto ha sido posible gracias al trabajo del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, el mismo que se ve reflejado en los 22 acuerdos comerciales vigentes que mantenemos con distintos países y grupos económicos alrededor del mundo.

Pero, como era de esperarse, el efecto de la pandemia ha impactado negativamente en diversas actividades económicas, cuya recuperación aún es lenta. No obstante, el país necesita estar a la altura de los desafíos que impone esta crisis, uno de los cuales es mantener y ampliar nuestros acuerdos comerciales, no solo con el objetivo de diversificar los mercados de destino, sino de ampliar la gama de productos y servicios ofrecidos al exterior. En esa línea, uno de los países en la mira es la India, con el que, en 2017, se iniciaron las negociaciones para la implementación del tratado de libre comercio (TLC).

¿Por qué la India?

La economía india ha crecido vertiginosamente en los últimos años, tanto que, entre 2010 y 2019, pasó de tener un PBI per cápita de US$ 1,358 a superar los US$ 2,104, según cifras del Banco Mundial. Con una población que supera los 1,366 millones de habitantes y un crecimiento promedio anual del 6.7% en la última década, este país continuará como un atractivo destino de las exportaciones mundiales. En 2019, importó del mundo US$ 478,884 millones en productos, con una participación del 2.5% del total mundial; sin embargo, el Perú solo le vendió un 0.37% de ese valor.

De acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dada la gran población india y las serias limitaciones de recursos naturales, este país representa un mercado potencial para los productos minerales, energéticos y agrícolas. Es preciso mencionar que, actualmente, la India tiene apenas dos acuerdos comerciales con países latinoamericanos: i) El Acuerdo de Alcance Parcial, firmado con Chille en 2006; y ii) el Acuerdo Preferencial de Comercio, firmado con el Mercosur en 2004. En el caso de las negociaciones que se lleva a cabo con el Perú, aún no se completa la sexta ronda de negociaciones, que se vio postergada por la pandemia.

En 2019, nuestro intercambio comercial con el país asiático ascendió a US$ 2,670 millones, un 21% menor al valor alcanzado en 2018. Pero, si bien se registró una caída, la evolución comercial de los últimos años refleja un dinamismo de nuestras exportaciones que no debemos pasar por alto. Así, en 2019, la India, con un valor de US$ 1,787 millones, fue el séptimo destino de nuestras exportaciones. Es preciso mencionar que, entre enero y julio del presente año, los envíos a este país cayeron un 68.2% respecto del mismo periodo de 2019.

En cuanto a la estructura de nuestra canasta exportadora, si bien se concentra en el rubro minero, lo cierto es que el sector agropecuario ha logrado posicionarse como uno de los principales subsectores no tradicionales de exportación a ese país, con un monto acumulado de US$ 44 millones en los últimos diez años. Sin embargo, el bajo nivel de estos envíos se debe, en cierta medida, a los elevados aranceles impuestos por el Gobierno indio que dificultan la entrada de nuestros productos, sobre todo en los sectores agrícola (38.9%)[1], pesquero (30%) y textil (22.3%).

Por ello, un eventual TLC Perú-India permitiría que más productos peruanos ingresen al país asiático, ya sea con arancel cero o con alguna preferencia arancelaria, lo que generaría ahorros para los exportadores peruanos y los haría más competitivos frente al resto de productores internacionales. De esta manera, se expandirían las oportunidades para nuestros principales productos no tradicionales enviados a dicho mercado, como el cacao, las uvas frescas y la harina de pescado, cuyos aranceles actualmente ascienden al 56.3%, 29.4% y 29.9%, respectivamente. De acuerdo con el Estudio de Factibilidad Perú-India, nuestro país cuenta con un potencial de 251 productos para diversificar sus exportaciones a la India, principalmente  de los sectores pesquero, agrícola y químico inorgánico.

Por su parte, las ganancias para nuestro país se concentrarían en el incremento de la productividad y competitividad, gracias a la importación de insumos con menores costos, que beneficiarían a más peruanos. En los últimos cinco años, las importaciones provenientes de la India registraron un crecimiento del 1.5%; no obstante, a julio de 2020 (US$ 783 millones), se redujeron un 52%. Asimismo, los bienes intermedios o materias primas para la industria abarcaron más del 40% del total importado, entre los que destacan los vehículos y los hilados.

Cabe mencionar también los beneficios en materia de acceso a medicamentos en general, como aquellos para el tratamiento oncológico o del VIH, que actualmente son de gran necesidad para atender la emergencia sanitaria y cuya reducción arancelaria es solo temporal.

Además de los acuerdos comerciales, un estudio conjunto entre BID y el Banco de Importaciones y Exportaciones de la India recomienda mejorar las medidas de facilitación del comercio, fomentar actividades proactivas y específicas de promoción comercial, impulsar la inversión en infraestructura y promover una reforma en el ámbito logístico.

Aceleremos el paso de las negociaciones con India, que permitirán un aumento de la demanda, e impulsarán la internalización de las pymes peruanas y la transferencia de tecnología que tanto necesitaremos para superar la actual crisis.

[1] Arancel promedio obtenido del total de aranceles a los productos agrícolas impuestos por la India, según el perfil arancelario de la Organización Mundial del Comercio. El promedio de los aranceles efectivamente cobrados depende de los acuerdos unilaterales con dicho país sobre rebajas de los aranceles de determinados productos.

Publicado por ComexPerú

Fecha: 29 septiembre 2020

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