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Temperaturas más frías
beneficiarían a productos
como frutas y hortalizas,
anotó el director ejecutivo
de la Asociación de
Gremios Productores
Agrarios del Perú (AGAP),
Gabriel Amaro.

El fenómeno de El Niño costero fue uno de los sucesos que enmarcaron el 2017. Los embates de esta anomalía climática generaron algunas complicaciones -y hasta pérdidas- en la agricultura.
Si bien para este año no se prevé la ocurrencia de otro Niño, sí se ha incrementado la posibilidad de que se presente un fenómeno de La Niña entre diciembre último y marzo del 2018.
Este evento climático podría tener efectos positivos para algunos cultivos agrícolas (a diferencia de los resultados que dejó El Niño).

Para Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), un evento como La Niña, que enfría la temperatura superficial del mar, sería beneficioso para la agricultura, porque permite mayor productividad del cultivo.
“Los productos más beneficiados por un clima más frío son las frutas y hortalizas, mejoran su productividad. Tenemos proyectos a lo largo de toda la costa de producción de estos cultivos”, anotó.
Por ejemplo, la palta, los mangos, espárragos, granada, entre otros (destinados a la agroexportación), tendrían mejores rendimientos.
Aún así, hizo hincapié en que el impacto de La Niña será favorable en la medida en que no se trate de una anomalía climática extrema. Cabe indicar que aún no se ha confirmado la presencia de La Niña, sin embargo, en las últimas semanas, las probabilidades de que ocurra un evento como este de magnitud débil pasaron de 13% en agosto del año pasado a 20% en diciembre último.

En contraste, el ministro de Agricultura, José Manuel Hernández, declaró a gestion.pe que todavía no se pueden prever impactos.
“La presencia de La Niña es prácticamente segura. Sin embargo, todavía no se prevé cuál será la magnitud. Si las condiciones siguen así, no habría impactos”, dijo el ministro. Agregó que en el norte, en la mayor parte de los valles su sector se encuentra monitoreando la disponibilidad del agua. Para la costa sur, anotó, hay presencia de lluvias controladas.
Además, basado en datos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), Hernández señaló que no se prevén lluvias torrenciales en la zona de la sierra. “La Niña es un efecto posterior al Niño, pero sus impactos han sido muchísimo menores con respecto a El Niño. En La Niña esos impactos no se sienten”, dijo.

Recursos hídricos
Antes de desatarse las fuertes lluvias que azotaron al país en el verano del 2017, se vivió una temporada de estrés hídrico durante fines del 2016 que mantuvo a los embalses por debajo de su capacidad de almacenamiento. Este año no se ha repetido esta situación y, por el contrario, la presencia de lluvias controladas estaría llenando los embalses.
“En el 2016, hubo estrés hídrico y la agricultura se afectó porque no había agua. Este año, desde fines del 2017, no ha habido falta de agua y se ha enfriado la zona de la costa. Está lloviendo mucho en
las zonas altas”, declaró Amaro.
Según información de Senamhi, seis reservorios están por encima del 50% de su capacidad de almacenamiento. Otros nueve están por debajo de este porcentaje.
Por ejemplo, el reservorio de Poechos registra un volumen almacenado de 261.1 millones de metros cúbicos, es decir un 53% de la capacidad de almacenamiento. 

 

Fecha: 04 enero 2018 | Fuente: Gestión

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