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Joaquín Garralda
Vice Decano del Instituto de Empresa
Secretario de la Asociación Española del Pacto Mundial
El peso agregado de las PYME en la sociedad de cualquier país, es mucho mayor que las “grandes empresas”, si lo analizamos desde una perspectiva social…

EL PACTO MUNDIAL Y LAS PYME’S

Joaquín Garralda

Vice Decano del Instituto de Empresa

Secretario de la Asociación Española del Pacto Mundial

El peso agregado de las PYME en la sociedad de cualquier país, es mucho mayor que las “grandes empresas”, si lo analizamos desde una perspectiva social. El porcentaje de personas que trabajan en una PYME y el número de empresas que tienen esta categoría es muy elevado. Por ello, es comprensible los esfuerzos que desde muchas instituciones se hacen para implicar a las PYME  en iniciativas como la del Pacto Mundial, para poder así impulsar a unos agentes influyentes hacia una dirección de desarrollo social sustentable.

Sin embargo, estas empresas son reacias a unirse a estas iniciativas  basándose en argumentos como:  Escasez de recursos y de tiempo de las personas que trabajan en ellas; ausencia de un impacto visible en su entorno medioambiental, en el que ya están muy integrados; escasa visibilidad de su empresa en términos de marca y reputación, salvo para sus clientes actuales y algunos jefes de compras de las grandes empresas; no son el “target” de denuncia de ninguna ONG; y por último, el propietario es la mayoría de las veces el trabajador que le dedica su esfuerzo para que sobreviva la empresa, por lo que por supuesto no teme accionistas activistas, ni busca financiación en la Bolsa de Valores.

Ante esta situación, y comprendiendo su importante papel: ¿cómo convencerlas de que se adhieran al Pacto Mundial?

Los mejores argumentos para adherirlas a iniciativas que a primera vista ven poco útiles y demasiado abstractas, son los del propio interés, y en este sentido les puede ser interesante firmar el Pacto Mundial por varias razones:

La primera, porque sus clientes multinacionales o empresas grandes, se lo pueden exigir en un futuro cercano como un distintivo de su actitud ante estos temas. Otra razón es que las administraciones locales y regionales lo pueden incluir como un requisito para estar homologados y poder acceder a contratos públicos. Por último, pero quizá lo más importante, es que les puede orientar para emprender un nuevo paradigma de gestión, que – como en su momento fue la calidad total y los certificados ISO – les va ayudar a competir mejor, asegurando por tanto su supervivencia. 

Por supuesto este enfoque no es contrario ni revolucionario con respecto a su manera de gestionar actualmente, es cuestión de entender la supervivencia como sustentabilidad y comunicarse con su entorno – clientes, proveedores, empleados y su comunidad cercana – con esa clave de discurso. 

Quizá puedan parecer los diez principios del Pacto Mundial como unas directrices excesivamente abstractas, pero incluirlos en la filosofía de gestión, para ir conformando pautas de comportamiento, es lo que desde las Naciones Unidas se persigue para que entre todos obtengamos un mundo mejor.

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Fecha: 19 octubre 2005 | Fuente: NULL

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