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Por: Gerencia de Asuntos Internacionales y Económicos de CONFIEP.

La correcta gestión de la infraestructura de transporte ha demostrado ser una herramienta potente para mejorar la competitividad de las economías, fomentar la inclusión y elevar la calidad de vida de las personas en el mundo.

En ese sentido, a continuación, desarrollamos aquellos puntos básicos que deben considerarse para el desarrollo de la infraestructura en nuestro país:

La planificación del transporte debe estar diseñada bajo un enfoque que considere el desarrollo de la ciudad de manera integral. Esta es hoy la tendencia internacional. Ejemplo de ello es Canadá, país que cuenta con un plan de transporte hacia el 2030 y que tiene como objetivo desarrollar un sistema logrado a partir de una visión holística. Dicho plan cuenta con cinco ejes: 1) facilitar el tiempo y costo de viajar; 2) tener un sistema de transporte más seguro; 3) transporte innovador y ecoamigable; 4) foco en corredores marítimos; 5) integración de corredores logísticos.

Densidad de la población urbana. Más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas. Según el International Transit Forum de la OCDE, se proyecta que esta proporción se acerque al 70% hacia el 2050. En el caso de Perú, el Censo del 2017 revela que el 79.7% de la población reside en áreas urbanas. Esto eleva la urgencia por contar con una infraestructura de transporte urbano eficiente y bien gestionado. La rapidez con la que un vehículo circula en una ciudad, da un diagnóstico sobre lo bien planificada que está la infraestructura, el desarrollo de la zona urbana y su gestión. Según un estudio del 2018, en la mayoría de las grandes ciudades europeas, los buses, en promedio, viajan a una velocidad superior a los 20 km/h desde los aeropuertos hacia el centro de la ciudad. En Los Ángeles y Nueva York se manejan velocidades similares. Sin embargo, en América Latina, las brechas en la gestión de transporte se acentúan: mientras en Bogotá los buses hacen ese recorrido a una velocidad superior a los 30 km/h, Lima está en la cola de la región, con una velocidad promedio de 6.4 km/h.

Infraestructura resiliente. Además de una buena planificación que permita la integración del país  hacia el interior y con los mercados internacionales, es fundamental enfocarnos en la resiliencia.

 El Perú está geográficamente ubicado en una zona de riesgos geológicos que amenazan a su infraestructura —puentes, carreteras, colegios, centros de salud— de manera crónica.  Se ubica en el puesto 20 de los países en el mundo con mayor costo económico por amenazas naturales, de acuerdo al estudio de sitios críticos para desastres, elaborado por el Banco Mundial. Esta realidad, nos exige contar con una infraestructura resiliente, así como con programas de mantenimiento especializados para preservar la conectividad y calidad de nuestra infraestructura. Actualmente se destinan pocos recursos al mantenimiento de las obras. De todo el presupuesto público para este año, solo 1.9% se utilizará en mantenimiento.

Gobernanza e institucionalidad. Una gobernanza adecuada y sólida es fundamental. En Canadá, por ejemplo, la planificación está liderada por el Ministerio de Transporte, que es responsable de todos los programas y políticas en materia de infraestructura. Adicionalmente, existen instituciones en cada Provincia, encargadas, entre otras cosas, de gestionar, ejecutar, financiar y realizar mantenimiento a la cartera de proyectos definida por el Gobierno. Estas instituciones trabajan en sociedad con el sector privado en todas sus líneas estratégicas. Un ejemplo es el caso de Infrastructure Ontario, responsable de cumplir estas labores en su provincia.

En Lima se busca construir esta institucionalidad con la creación de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU), la cual operaría a partir del mes de abril. Su mandato es institucionalizar la planeación, integración y gestión del transporte. Para alcanzar esos objetivos, el Estado se encuentra trabajando en la primera etapa de su Plan Maestro de Transporte Lima-Callao, que consiste en la planificación de un sistema integrado que esté articulado con la ciudad. Si bien esto es un paso importante -ya que nuestro país nunca ha tenido un plan integrado de transporte en toda su historia-, es clave que este esfuerzo se traslade a todo el Perú.

La creación de la ATU genera mucha expectativa, ya que constituye un gran paso hacia el desarrollo de un modelo de movilidad urbana planificada y sostenible.

En esta línea, CONFIEP considera determinante institucionalizar una gobernanza de transporte adecuada a través del diálogo público–privado, con la finalidad de poner en valor la infraestructura bajo un enfoque sostenible e integrado, con una planificación en torno al desarrollo de la ciudad y una mayor conectividad que beneficie a los ciudadanos.

 

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Fecha: 20 marzo 2019

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