Las medidas van en la dirección correcta

Las medidas anunciadas por el ministro de Economía van en la dirección correcta. Finalmente se decidió adoptar medidas tributarias importantes. En un contexto en el que es necesario estimular la demanda, las medidas otorgan mayor capacidad de gasto para inversión y mantenimiento en todos los niveles de gobierno.

Al mismo tiempo, incentivan el consumo a través de un importante cambio en el Impuesto a la Renta de las personas dependientes e independientes al crear una tasa adicional del 8% para afectar los ingresos antes gravados con la tasa del 15%. La medida es importante porque retiene la obligatoriedad cívica de contribuir, pero al mismo tiempo reconoce que ciudadanos con ingresos más bajos deben ser tratados de manera preferencial.

El haber disminuido el Impuesto a la Renta de las empresas gradualmente (hasta el 2019) de la tasa del 30% al 26% dará mayor competitividad a la inversión nacional y extranjera, y al mismo tiempo, al haber aumentado la tasa que grava la distribución de dividendos, se mantiene constante la tasa actual de 33% de la presión fiscal sobre las utilidades cuando estas no son reinvertidas. Las circunstancias en países vecinos que se han visto obligados a subir impuestos (particularmente Chile y Colombia) añaden competitividad adicional a esta medida.

En cuanto a la disminución de precios de combustibles anunciada, dicha rebaja de precios resulta exigua frente a la caída internacional de precios del petróleo del 33% verificada durante el 2014.

Llama la atención que las modificaciones administrativas respecto a la política laboral hayan sido tan tímidas. En realidad existen hoy en el Perú por parte del Ministerio de Trabajo prácticas administrativas que restringen los procesos de contratación y despido que van más allá de lo que especifica la ley. Se trata de un comportamiento que no será modificado con simples cambios cosméticos, y que requieren más bien una acción más drástica en términos de directivas específicas al sector.

En resumen, pienso que se ha dado un paso muy importante al tocar la política tributaria con fines de impulsar la economía, pero que a la vez la inversión privada requiere de acciones específicas para destrabar y acelerar los grandes proyectos de inversión. Mientras esto no se haga, no será posible dar un vuelco importante a las hoy deprimidas expectativas empresariales.